Objetivo: Estar
siempre dispuestos para servir y obedecer a Dios.
Versículo: Después oí la
voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces
respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Isaías 6:8
Introducción:
¿A quien le
gustan las malas noticias?, ¿y que es mejor, recibirlas o darlas?. Y si Dios te
pidiera que dieras una mala noticia que sabes que a nadie le gustara, y hasta
pudieran tacharte de mentiroso ¿lo harías?.
Hoy
vamos a hablar sobre el llamado del profeta Isaías. Dios uso al profeta para
denunciar la conducta pecadora de los Israelitas. Dios planeaba hacer juicio
por su infidelidad y les dijo lo que planeaba hacer, con el fin de exhortarlos
hacia el arrepentimiento y la renovación .
Historia:
La palabra profeta viene del hebreo “nâbî”,
que significa "llamado [por Dios]" o "quien tiene una vocación
[de Dios]"; lo designaban como vocero de Dios porque eran las personas que
primero recibía instrucciones de Dios y luego las transmitía a la gente.
Desarrollo:
Dios se revelo
a Isaìas en una vision:
Isaías 6:1 (BLA) Yo, Isaías, vi. a Dios sentado en un trono
muy alto, y el templo quedó cubierto bajo su capa. Esto me sucedió en el año en
que murió el rey Ozías. 2 Vi además a unos serafines que volaban por encima
de Dios. Cada uno tenía seis alas: con dos alas volaban, con otras dos se cubrían
la cara, y con las otras dos se cubrían de la cintura para abajo. 3 Con fuerte voz se decían el uno al otro:
«Santo, santo, santo
es el Dios único de
Israel,
el Dios del universo;
¡toda la tierra está llena de su poder!»
4 Mientras ellos alababan a Dios, temblaban las
puertas del templo, y éste se llenó de humo. 5 Entonces exclamé:
«¡Ahora sí voy a morir!
Porque yo, que soy
un hombre pecador
y vivo en medio de un pueblo pecador,
he visto al rey del
universo,
al Dios todopoderoso».
6 En ese momento, uno de los serafines voló hacia mí.
Traía en su mano unas tenazas, y en ellas llevaba una brasa que había tomado del
fuego del altar. 7 Con esa brasa me tocó los labios, y me dijo:
«Esta brasa ha tocado tus labios.
Con ella,
Dios ha quitado tu maldad
y ha perdonado tus pecados».
8 Enseguida oí la voz de Dios que decía:
«¿A quién voy a enviar?
¿Quién será mi
mensajero?»
Yo respondí:
«Envíame a mí, yo seré tu mensajero».
9 Entonces Dios me dijo:
«Ve y dile a este pueblo:
“Por más que oigan, no van a entender;
por
más que miren, no van comprender”.
10
»Confunde la mente de este pueblo;
que no
pueda ver ni oír
ni tampoco entender.
Así no podrá arrepentirse,
y yo no lo
perdonaré».
11 Entonces le pregunté:
«Dios mío, ¿por cuánto tiempo tendré que
predicar?»
Dios me respondió:
«Hasta que todas las ciudades sean
destruidas
y se queden sin habitantes;
hasta que en las casas no haya más
gente
y los campos queden desiertos;
12
hasta que yo mande al pueblo fuera de su
tierra,
y el país quede abandonado.
13
Y si de cien personas quedan sólo diez,
hasta esas diez serán
destruidas.
Quedarán como el tronco de un árbol,
que recién ha sido cortado. Pero
unos pocos israelitas quedarán con vida,
y de ellos saldrá un pueblo obediente
y fiel».
Isaías
hizo muchas advertencias a su pueblo, pero el pueblo siguio sin arrepentirse y
fueron sacados de su nación como Dios les habia dicho.
Aplicación:
Cuando
Isaías vio al Señor, reconoció que estaba impuro a causa de su pecado. Luego
oyó a Dios hablar pidiéndole que le llevara al pueblo Su mensaje. Isaías
respondió al llamado de Dios y fue fiel en hacer lo que Dios le pidió. Dios
quiere que seamos fieles a lo que nos pide que hagamos, y tal vez no podemos
verle en visiones como Isaías; pero nos ha dejado su palabra donde ha puesto
por escrito su voluntad.