LEER: Mateo 5:4, Lucas15:11-32
Objetivo:
Cuando nos arrepentimos de corazón Dios no nos desecha, sino espera
reconciliarse con nosotros.
Versículo:
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Mateo 5:4
Introducción:
Recordemos ¿Qué es bienaventurado?
Dichoso, feliz, bendecido etc.
¿Quién ha pecado en la semana? ¿y les da
igual? ¿No sienten nada por haber pecado? Quien se sienta apenado o disgusto por
haber pecado, para Dios este es bienaventurado.
Jesús conto la historia de un padre y sus dos
hijos…
Desarrollo:
También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y
el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me
corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo
el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus
bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran
hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.Y fue y se arrimó a uno de
los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que
apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las
algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.Y volviendo en sí, dijo:
!!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí
perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado
contra el cielo y contra ti, ya no soy digno de ser llamado tu
hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y
cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y
corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero
el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un
anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y
comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. Y su hijo
mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la
música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era
aquello. Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro
gordo, por haberle recibido bueno y sano.
Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por
tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre:
He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has
dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo,
que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro
gordo. Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y
todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y
regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había
perdido, y es hallado.
Aplicación:
Cuando este joven estuvo pasando hambre
y pobreza ¿creen que haya llorado? ¿creen que extraño el como vivía en su casa
seguro? Seguramente si. Este joven no fue bienaventurado hasta que se dio
cuenta del mal que había hecho, se dio cuenta de su maldad y se arrepintió. Fue
a ver a su padre para pedirle perdón, reconciliarse y estar de nuevo juntos. Su
padre en lugar de darle la espalda o avergonzarse de él, le recibió con fiesta, lo abrazo y lo beso, le puso ropas limpias, lo calzo y le puso un
anillo.
Cuando nosotros pecamos, y nos damos
cuenta de nuestro error y nos arrepentimos, Dios actúa como este padre de
familia; Dios no nos dará la espalda, nos consolara con su perdón y con el gran
regalo de salvación que tiene para todos los que se arrepienten de corazón
hasta las lágrimas. Somos bienaventurados por haber recibido el perdón de
nuestros pecados por medio de Jesús.